Capítulo 321
Capitulo 321
Irene funció el ceño y dijo: “Los forasteros necesitan cita previa, y yo también? ¡Llévame con Sergio ahora mismo, o le diré que te despida”
La recepcionista funció el ceño. ‘Disculpe, señora, ¿quién es usted?”
trene respondió con la barbilla en alto: “Soy la novia de Sergio! ¡La futura señora del jefel
¿La novia de Sergio?
La recepcionista la examinó de arriba abajo.”
Penso que la imagen, el porte y la manera de hablar de esa mujer no estaban a la altura de Sergio.
¡Parecla demasiado vulgar!
Además, hablan trabajado en la empresa durante mucho tiempo y nunca hablan escuchado que Sergio tuviera novia
¿Será que ella venia a ofrecerse descaradamente? Têxt © NôvelDrama.Org.
¡Hay demasiadas personas sin vergüenza hoy en dia!
La recepcionista dijo con una sonrisa de disculpa: “Lo siento, señora, sin una cita no puedo llevarla a ver a nuestro Sr. Yllescas.”
Irene no esperaba que la recepcionista fuera tan recta y dijo, “Espera y verás! ¡Te hare empacar tus cosas y marcharter
La recepcionista hizo un gesto de cortesia y dijo. “Señora, ¿podría salir, por favor?”
Por supuesto, Irene no queria irse.
¡Ella era el amor de Sergial
¡Sergio definitivamente la defenderia!
Al final, la recepcionista no tuvo más remedio que llamar al seguridad.
Irene fue arrastrada hacia fuera, gritando: “Qué atrevimiento! Son demasiado audaces! Saben quién soy? Soy el amor del jefe Sergio! ¡Les digo a todos ustedes! ¡Están acabados! ¡Haré que Sergio los despida a cada uno de ustedes!”
Irene rápidamente intentó llamar a Sergio y para pedirle que bajara a recibirla y, de paso, la defendiera.
Pero ya habia borrado el número de teléfono de Sergio,
también había borrado su WhatsApp.
Sin poder contactar a Sergio, Irene no tuvo más remedio que esperar en la entrada por él, y para darle una sorpresa a Sergio, sacó un espejo y lápiz labial de su bolso y comenzó a retocarse el maquillaje.
Cuando Sergio saliera del trabajo y la encontrara esperando, seguramente estaría muy feliz.
Después de todo, el la amaba mucho.
Quizás Sergio fue a ese restaurante a propósito ese día para que ella lo viera. Los hombres tienen su orgullo, no podría bajar la guardia para pedirle que volviera, asi que fue al restaurante para encontrarse con ella por casualidad.
Para que ella viera todo eso.
Después de todo, ella y Sergio habian compartido muchos años de sentimientos.
No podrían simplemente dejarlo así como asi.
Cuanto más pensaba Irene, más feliz se sentia, y mientras esperaba a Sergio, añadió todas las bolsas de marca que le habian gustado recientemente a su corrito de compras. Sergio la amaba tanto que seguramente vaciana su carrito de compras.
Correcto,
también tenia que pedirle a Sergio que le comprara un coche.
No fue hasta las doce del mediodía que Irene vio a Sergio salir de la oficina con paletin.
Irene se lluminó y corrió hacia él, “Sergi
Cuando estaban apasionadamente enamorados, asi era como siempre llamaba a Sergio
Sergio funció el ceño ligeramente y esquivo hábilmente a freno,
Irene no logró alcanzar a Sergio y cayó al suelo, y se
, y se quedó ahi mirando a Sergio con tristeza diciendo. “Sergi Say yo, trenel Antes
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estuve mal, sé que tú me amas. No debería haberte tratado asi. En realidad, no pude evitarlo, todo fue por Leonardo, si no fuera por sus amenazas, nunca habria estado con ese cerdo gordo!”
Sergio sacó su teléfono del bolsillo y preguntó, “¿Qué dijiste de Leonardo?”
Al escuchar eso, un brillo pasó por los ojos de Irene, Sabla que Sergio todavía la amaba profundamente y rápidamente dijo: **Leonardo es un cerdo gordo! (Leonardo es un cerdo gordo! ¡Él no es digno de mi! Sergi, volvamos a estar juntos. Te amo y siempre te amaré. Incluso en los días que me vi obligada a estar con ese cerdo gordo, siempre pensé en ti. Sergi, tú todavia me amas, ¿verdad?”
Sergio sintió ganas de vomitar.
Antes, él nunca habia sabido que la mujer a la que habia amado durante tres años resultaría ser tan sinvergüenza.
¡Era absolutamente repugnante!
¿Cómo pudo estar tan ciego en el pasado?
Sergio guardó el móvil en el bolsillo, su expresión era serena.
Irene se levantó del suelo y rodeó con sus brazos el brazo de Sergio, diciendo mientras hacía pucheros: “Sergi, iyo sabía que aún me amabas! Recién pasé por una situación muy dificil, los empleados de tu empresa son todos unos cretinos, ¡me echaron a la calle! ¡Y encima dijeron que no tengo vergüenzal Sergi, tienes que defenderme!”
Capitulo 322
Capítulo 322